Muchas personas perciben intuitivamente que en la vida las cosas más sencillas son las más importantes, o, si lo prefiere, que las cosas más importantes en la vida resulta que son las más simples. Ese es un descubrimiento muy profundo. ¿Qué es más importante para nosotros, por ejemplo, que respirar? Sin embargo, miércoles, 28 de abril de 2010
UNA SONRISA ES UNA INVERSIÓN
Muchas personas perciben intuitivamente que en la vida las cosas más sencillas son las más importantes, o, si lo prefiere, que las cosas más importantes en la vida resulta que son las más simples. Ese es un descubrimiento muy profundo. ¿Qué es más importante para nosotros, por ejemplo, que respirar? Sin embargo, 
martes, 27 de abril de 2010
Frases de Platón (427-347 AC)
La mayor declaración de amor es la que no se hace; el hombre que siente mucho, habla poco.
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La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo.
Los amigos se convierten con frecuencia en ladrones de nuestro tiempo.
Debemos buscar para nuestros males otra causa que no sea Dios.
Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro.
La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos.
El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos los caballos.
No hay hombre tan cobarde a quien el amor no haga valiente y transforme en héroe.
Cuando la muerte se precipita sobre el hombre, la parte mortal se extingue; pero el principio inmortal se retira y se aleja sano y salvo.
La filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma en torno al ser.
viernes, 23 de abril de 2010
jueves, 8 de abril de 2010
The Importance of Work
“How I admire men, women, and children who know how to work! How the Lord loves the laborer! He said, ‘In the sweat of thy face shalt thou eat bread,’ and ‘The laborer is worthy of his hire.’ He also gave a promise: ‘Thrust in your sickle with all your soul, and your sins are forgiven you.’ Those who are unafraid to roll up their sleeves and lose themselves in the pursuit of worthwhile goals are a blessing to their families, communities, nations, and to the Church.”
Dieter F. Uchtdorf, “Two Principles for Any Economy,” Ensign, Nov. 2009, 55
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